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En clave de gratitud

Publicado Miércoles, 22 de Octubre de 2025

“La raíz de todo bien crece en la tierra de la gratitud” Dalai Lama.

Vivimos al ritmo acelerado del tiempo y del mundo, y con frecuencia estamos tan inmersos en la rutina diaria que los minutos, las horas, los días —la vida misma— transcurren sin darnos la oportunidad de detenernos a contemplar las pequeñas maravillas que nos rodean. Pasamos de largo sin abrir verdaderamente los sentidos para mirar, disfrutar y agradecer.

La frase que cito al inicio resulta especialmente oportuna para invitarnos a reflexionar sobre cómo la gratitud tiene la capacidad de tocar lo más profundo del corazón y transformarlo; en otras palabras, de llenarlo de bondad y plenitud.

Al estudiar y reflexionar sobre los beneficios de vivir con gratitud, descubrí que no se trata solo de una postura emocional o espiritual: existe investigación, evidencia empírica y datos científicos que respaldan el impacto positivo de la gratitud en nuestra vida. En suma, la ciencia confirma lo que muchos han intuido desde siempre: ser personas agradecidas transforma profundamente nuestro bienestar.

Podríamos preguntarnos: ¿Cómo podemos cultivar una actitud de gratitud? La respuesta radica en nuestra capacidad de salir de nosotros mismos para mirar al otro, entrar en contacto genuino con el mundo, admirar la belleza de la naturaleza y reconocer, con plena conciencia, lo afortunados que somos por todo lo que poseemos. Al hacerlo, surge de manera natural un profundo "gracias" por esto y por tantas otras bendiciones. Es en este proceso donde comenzamos a transformar nuestra actitud y a encontrar un sentido más pleno a nuestra vida.

Por el contrario, cuando centramos nuestra atención en aquello que nos falta, en lo que desearíamos ser o tener, en los problemas que enfrentamos, en la enfermedad, en las carencias o en aquello que simplemente no es, vamos clausurando, poco a poco, la posibilidad de acceder a ese universo maravilloso que representa el gozo de vivir y la capacidad de agradecer.

Orientar tu corazón y tu mirada hacia las bendiciones que sí forman parte de tu vida, lo que verdaderamente eres y posees, las personas que permanecen a tu lado, y los pequeños regalos cotidianos que la naturaleza nos ofrece. En ese gesto de contemplación, nace el agradecimiento.

MPE. Patricia E. Pasos Millán.